30 nov 2008

18



…otra vez, el nº 18. 18 de noviembre. El último llamado. El día que dijiste lo que nunca pensé que ibas a decir. Lo que jamás quise que dijeras. Que preferías que no te llame mas. Con el argumento de que no nos haría bien a ninguno de los dos. Y quedé preguntándome a mi mismo: “ Y asi ?. Asi si nos va a hacer bien ?. Pero bueno. Es lo que decidiste. Me duele. Muchísimo. Pero siento que no puedo hacer nada mas.
Acabo de llegar a casa. Descolgué de la pared la pintura que me regalaste. La que miraba todas las noches y todas las mañanas. A la que le preguntaba cuando sería el día en que íbamos a estar juntos. Cambié el fondo de pantalla de mi pc con tu imagen por la de un paisaje cualquiera.
Guardé una foto tuya entre las hojas de un libro. Y al cerrarlo, absolutamente emocionado, me di cuenta que también estaba cerrando la mejor historia de amor que tuve y tendré.
Que loco, no ? Digo… pasar de una llamada furtiva bajo la lluvia o escondida entre las góndolas de un supermercado hasta la incomunicación total. De ser tu bálsamo cuando estabas mal, a ni siquiera contarme que pasa con tu salud. De risas absolutamente francas a inevitables muecas de tristeza. De momentos juntos, enteramente felices, a la soledad que cada uno padece aunque crea estar acompañado.
Por eso empecé diciendo 18. El día de tu cumple, el día del beso, el de la primera y única noche que dormimos juntos, el día que me retaste por primera vez y el día del final de nuestra historia de amor.